martes, 5 de mayo de 2015

UN BUEN MAESTRO CAMBIA TU VIDA - PARTE II

“EL HOMBRE HA NACIDO PARA TRABAJAR COMO EL AVE PARA VOLAR”
 Aproximación en el Análisis de la Dimensión Pedagógica de la Docencia en los Andes del Perú

“Dime algo y lo olvidaré,
Enséñame algo y lo recordare
Involúcrame y lo aprenderé
Proverbio  chino
A MANERA DE ENSAYO

INDICE

1.       Introducción
2.       Comodidades de mi escuelita fiscal
3.       Los años pasan volando
4.       Maldito párvulo “te rajo el culo”
5.       Reflexiones pedagógicas
6.       Analizando desde la dimensión pedagógica de la docencia actual
a.       Dimensión reflexiva
b.      Dimensión relacional
c.       Dimensión colegiada
d.      Dimensión ética
e.      Dimensión cultural
f.        Dimensión política
7.       A manera de conclusión

Florencio Bernabé Gonzales

5/05/15

PARTE II



4.       MADILTO PARVULO “TE RAJO EL CULO”

En el tercero de primaria,   el profesor  “Marquitos”10, que cariñosamente lo llamábamos, siempre  vestía  su delgada contextura corporal todo el año el mismo color de  “terno” saco y pantalón de color gris, sostenido por tirantes y camisa clara con corbata oscura, descoloridas y raídas, nunca dejaba aquel atuendo, el único que hacia honor a su condición de profesor, aun viajando a caballo a la capital de la provincia o estando en las actuaciones cívicas del pueblo; solo dejo el “terno” cuando en una excursión con los alumnos a Jahuacocha, muy por la mañana al intentar cruzar un “guaro”11 sobre el rio Wacrish, resbaladizo y cubierto de escarcha, cayendo a las heladas aguas del río.

Alumnos de la IE 86238
Cada vez que ingresaba al aula repetía  incansablemente  “El hombre ha nacido para trabajar como el ave para volar”, cual sentencia o premonición.  Recordando aquella frase, siempre  que veía volar bandadas de aves, a mi corta edad miraba extasiado y recordaba aquella frase del profesor tratando de relacionar “ave”, “volar”, “hombre”, “trabajar”, “nacido”, no entendía a cabalidad aquel mensaje codificado que intentaba transmitir dicho profesor.

“Marquitos”, era mi profesor predilecto siempre faltaba al aula, en ocasiones se olvidaba que tenía clases cada vez que se encontraba con el mejor timbero12 del pueblo “Don Gelasio” y el famoso “Matipablo13  de innumerables aventuras que nunca terminaba de contar  los chistes colorados en quechua, se encerraban en una cantina clandestina que solo ellos conocían. Aquel “Matipablo” cuando los niños le preguntaban - ¿tío, tío porque te dicen Matipablo? -, solía responder solemnemente ¡soy matemático!, si la misma pregunta se lo planteaban los jóvenes, respondía una lisura, como “noghapagar  shay ….. matimatikianmi”

“Marquitos” para trasladarse tanto de la capital de la provincia a mi pueblo y viceversa , usaba siempre el mismo caballo moro de don Venturo Padilla, repitiéndose sus viajes durante su permanencia por casi 20 años como profesor de la escuela 366 de Pacllón, cual automóvil exclusivo,  cabalgadura apropiado para sus dotes personales de hombre parsimonioso, salía a las 6 de la mañana y llegaba a las 6 de la tarde, record insuperable para cualquier viajero, es decir durante 12 horas viajando sin apearse en ningún lugar, cruzando ríos, puentes, precipicios,  aunque fuera peligroso el camino, nunca se bajaba del caballo hasta llegar a su destino; todos los viajeros lo alcanzaban y lo dejaban, pero él, al paso de aquel noble animal, encima moviendo ambos pies al ritmo del vaivén del movimiento, lento y seguro como una tortuga; lo normal a caballo se cubría dicha distancia de 20 kilómetros, entre 3 o 4 horas.

Lo peculiar, los cuadernos de clase de todos los alumnos del tercer grado, solo tenía entre 4 a 5 páginas escritas durante el  año, es decir era la cantidad de dictados de clase incluido los copiados de la pizarra. ¿Para qué más?.  El profesor “Marquitos”, cuando se ponía delante de sus alumnos nos embriagaba con sus palabras, dichos, refranes y mensajes; nos peleábamos sentarnos en primera fila para observar todos sus  gestos y gesticulaciones, le seguíamos con mucha atención en silencio, él moviendo su bastón rítmicamente mientras habla y caminaba en el aula de extremo a extremo lentamente, pero más era nuestra curiosidad infantil para observar lo que en ocasiones se le escapaba repentinamente, un pequeño objeto entre la lengua a la velocidad de un rayo, los niños jurábamos adivinar que era la imitación de un sapo o serpiente cuando saca la lengua, magia encantada por  “Matipablo” en sus cuentos de aventura. Nunca nos imaginábamos que su dentadura  postiza desconocida por nosotros le hacía mala pasada,  voluntaria o involuntariamente se asomaba fugazmente  ajena  a su voluntad, cada vez que  pronunciaba palabras complicadas.  
Alumnos de la IE 86238

El profesor “Marquitos” con una mano en la cintura y con la otra  agitando  su bastón tanto en la calle como en las aulas repetía  “maldito párvulo”“te rajo el culo” si alguien le desobedecía o se portaba mal. Una disciplina a ultranza de súbdito y superior del Maestro, Preceptor, Profesor de entonces.

Mientras que en el cuarto grado, el profesor Marino Rivas, tuvo diferentes perspectivas, tanto positivas y negativas, aun en la actualidad sin despejar; nos marcaron su estilo como profesor y como ciudadano,  aquel profesor tenía por costumbre ser madrugador, mientras  los comuneros recién iban a sus chacras él ya retornaba  trayendo  consigo yerbas, cunchas14 o algún paquete cargado, nunca con las manos vacías, pero llegando al aula se transformaba en profesor riguroso y serio, poco sonreía.

El profesor Marino, a su vez era comunero en el pueblo, participaba como cualquiera de ellos, pero sin dejar de ser profesor.  Era común que estuviera en pleitos, disputando los pastos, el turno del agua para el riego de sus alfalfares o daños de animales en sementeras con otros comuneros; sobre elevaba el costo de los cortes de alfalfares por su capacidad económica de profesor frente a los comuneros. Quizás, más podía sus necesidades agrícolas – ganaderas,  en ocasiones aisladas solía llegar tarde y con la misma ropa de campo acudía a la escuela, remangado el pantalón después del riego y con lampa al hombro, aun despeinado por la premura.

Cada profesor tiene su estilo propio de enseñar.  Con el profesor Marino desarrollamos el estilo memorístico, nos inculcaba memorizar clases enteras de las diferentes asignaturas de la sección; particularmente desarrollamos nuestra capacidad memorística  con las fechas de hechos históricos, nombres de héroes por acontecimiento, nombre de países, departamentos, provincias y distritos con sus correspondientes capitales. En matemáticas, las operaciones matemáticas y problemas memorísticamente. Orgullosos nuestros padres por repetir nombre de capitales de departamentos, provincias o naciones, o repetir la tabla de multiplicación como robot, “inteligente mi hijo” solían decir.
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Algunos alumnos sobresalían  por su predisposición por los números con mucha facilidad, mayormente los que siempre acompañaban a sus padres a contar sus ganados ovinos y caprinos,  contábamos  de dos en dos, cinco en cinco, etc., en sí el conteo resultaba muy fácil, practicábamos la técnica del conteo con todo cuanto se presentaba en nuestro camino, pasos, animales, hombres y mujeres en los caminos, bandada de pajarillos y mil cosas cuantificables, que existían por doquier, otros por la poesía y el canto. Era común en cada estancia escuchar en voz alta canciones escolares y poesías, no nos importaba que los de la otra banda del río lo escucharan o no, el desarrollo melódico de las voces resultaba natural en los niños, podíamos gritar hasta que los cerros  retumbaran en eco, nadie nos impedía.

Al llegar al quinto grado, nuestro profesor el joven Abriles Rivas, recién egresado de la normal de la provincia, intrépido y audaz, a su vez encargado de la dirección de la escuela, su nueva pedagogía aplicaba con entusiasmo en nosotros, muy comunicador con los padres y escuchaba quejas y sugerencias con facilidad, predispuesto al dialogo con autoridades y ciudadanos. Se ubicaba delante de nosotros y desarrollaba sus clases con naturalidad, permitía nuestra participación abiertamente, nos motivaba en nuestras pequeñas aspiraciones, ampliamente dialogante con los alumnos, profesores y padres de familia.

Curiosamente nuestra promoción de primaria de varones era la misma cantidad de la promoción de la escuela de mujeres, -siete alumnos - siete alumnas - número mágico y cabalístico -, que nuestro profesor apreciaba. Periódicamente se organizaba concursos de conocimiento con su par de las mujeres dirigida por la profesora Adelaida, en dicho concurso salíamos a la pizarra un alumno y una alumna en orden alfabético,  con preguntas de balotarios establecidos previamente por un jurado, a la que acudían nuestros padres si disponían tiempo, eran abiertos al público. Al principio nos resultaba difícil nuestro desenvolvimiento ante la presencia de personas extrañas, tímidos de actuar en público – posteriormente – estas intervenciones  afianzaron nuestra confianza en nosotros mismos.

Promoción 1964: Escuela de Varones 366 y Escuela de Mujeres 378
Varones
Mujeres
1
Eutropio Asencio Ibarra
Herminia Alejo Luciano
2
Florencio Bernabé Gonzales
María Convercio Rivas
3
Digno Carrera Laurente
Genara Córdova Esteban
4
Celso Huaranga Esteban
 XXZZ
5
Aguilando Laurente Carrera
Esterlina Carrera
6
Leoncio Padilla
Juvita Neira Rumaldo
7
Aquiles Mendoza Figueroa
 XXYYY


5.       REFLEXIONES PEDAGÓGICAS

De niño, en ocasiones desistía  imitar a las aves que muy fácil volaban, las tareas del campo eran agobiadoras y tediosas, mientras otros niños solo se dedicaban a jugar, algunos siempre ocupados apoyando y ayudando a los padres, prefería decir “no quiero volar como el ave”, luego recapacitaba, “el ave vuela sin que le obligan”; había tareas que me encantaba como las de ir y traer los caballos de mi padre, lo esperaba siempre con ansiedad, de retorno o de ida cabalgando las cuestas de los caminos, prefería que eso solo fuera mi trabajo, ni modo, enumeraba otras tareas tediosas como labrar la tierra a punta de racuana15, guiar a los bueyes durante la siembra y el barbecho16, pastar las ovejas y las cabras todo el día, coger yerbas para los cuyes hambrientos de la cocina de mi madre, que devoraba todo lo que se les daba. 

Alumnos de la IE 86238, en plena formación en el patio 
Por aquellos tiempos, durante nuestro paso por la escuelita fiscal, nos dejo huellas bien marcadas en nuestra mente infantil, algunos profesores más que otros, pero cada uno sembró en nosotros el deseo de aspirar a ser hombres y mujeres útiles a la sociedad. Más notorio fueron las lecciones del profesor “Marquitos” con sus 5 hojas escritas en el cuaderno y esas sabias palabras “El hombre ha nacido para trabajar como el ave para volar”. Ahora, en el tiempo compruebo con facilidad que al final, hombres y mujeres practicamos lo aprendido en la escuela, transformado en trabajo, mientras haya fuerza e inteligencia, como el ave vuela mientras tiene alas.

No sabría comprobar que mis profesores fueron adiestrados y preparados eficientemente desde la dimensión pedagógica, ¿quién sabe? intuitivamente aplicaban las técnicas de Montessori o cualquier técnica  “La mano es el instrumento de la mente”, que por la década de los 50 se venía impulsando como paradigma pedagógica, donde reconoce que el niño posee dentro de sí el patrón para su propio desarrollo (bio-psico-social). El niño se desarrolla plenamente, cuando se permite que este patrón interno dirija su propio crecimiento. Construye así su personalidad y su propio conocimiento del mundo, a partir de ese potencial interior, común denominador de los niños del ámbito rural. También la técnica del canto con los niños surte efecto en la enseñanza como sostenía el Maestro Arcadio Zubieta Villafuerte a su paso por la escuelita de Pacllón.

"El niño es el padre del hombre", decía la Dra. Montessori, ya que es el niño quien se crea a sí mismo revelando la persona en la que puede transformarse. Esa transformación es su principal tarea, una tarea intensa e incesante que lleva a cabo naturalmente y con una inmensa alegría. María Montessori sostuvo que la alegría del niño debe ser tomada como un indicador de los aciertos del sistema educativo.

Profesores de la IE 86238
A través de la observación sistemática y la investigación científica en distintos entornos culturales, este método pedagógico integral observo que asiste al niño en esta tarea fundamental. Los pedagogos sostienen que es un programa amplio e integrado que cubre todas las áreas temáticas (matemáticas, lengua, ciencias, historia, literatura, arte, música) desde los 0 hasta los 18 años.

Resultado de esa deficiente o excelente formación pedagógica, mal o bien aplicada por nuestros profesores, cuando egresamos del nivel primario, confieso que tenía deficiencias en comprensión lectora y matemática, muchos egresamos del nivel primario sin conocer apropiadamente la sustracción como operación matemática, pero contrariamente con una visión integral de otros conocimientos, sumado a nuestro otro idioma materno: el quechua, aunque no sirvió de mucho,  y el entendimiento de la naturaleza y su comportamiento tempranamente, sacamos provecho a la naturaleza transformado en nuestra biblioteca abierto para nuestras mentes infantiles, entre otras cualidades, resultado de su condición rural de mi escuela y la ubicación geográfica del pueblo en las entrañas de la Cordillera Huayhuash. Esa “deficiente” formación matemática – debilidad-, propio de nuestro sistema educativo o nuestra propia deficiencia, en secundaria a muchos nos costó doble esfuerzo para recuperar y transformarla en nuestra – fortaleza-, que luego de joven a muchos nos permitió dominar e inclinarnos con facilidad hacía varias ramas de las ciencias e ingeniería, como es el caso de muchos jóvenes, dedicarse a las ciencias exactas, permitiéndonos estudiar electrónica a algunos, tecnología de punta hasta en nuestros días y el futuro, ciencias físicas, ingeniería y otras ramas del saber humano, los cimientos adquiridos durante la primaria en la escuelita fiscal y  la secundaria en otros jóvenes permitieron soportar esos retos.

6. ANALIZANDO DESDE LA DIMENSION PEDAGOGICA ACTUAL LA DOCENCIA APLICADA ANTAÑO


a.       Dimensión reflexiva

Los profesores: Yabar, Calderón, “Chapcha”, “Marquitos”, Marino y Abriles a su estilo afirmaban su identidad profesional en el trabajo cotidiano de la escuelita de mi pueblo, producto también del sistema educativo imperante. Sus reflexiones en y desde su práctica social. Permitían deliberar, tomar decisiones, apropiarse críticamente de diversos saberes cotidianos y desarrollar diferentes habilidades para asegurar el aprendizaje de sus estudiantes. Quizás los profesores de las áreas rurales de esta parte andina no practicaban la autorreflexión y probablemente la continua revisión de sus prácticas de enseñanza tampoco constituyó el recurso básico de su labor.
Prof. Gilmer Caqui Neyra de la IE 86238

b.      Dimensión relacional

La docencia de estos maestros andinos, practicaban esencialmente una relación entre personas que concurren a un proceso de aprendizaje, planificado, dirigido y evaluado por los profesionales de la enseñanza aun con deficiencias de esos tiempos. Proceso que construyeron vínculos cognitivos, afectivos y sociales que demuestran una docencia de actividad profesional de carácter subjetivo, ético y cultural, aun con las deficiencias del caso.


 Ese tratamiento del vínculo entre el docente, padres de familia  y los estudiantes fue fundamental. Demostrando que la buena docencia requiere respeto, cuidado e interés por el estudiante, concebido como sujeto de derechos. Desde esta perspectiva, la enseñanza como en la actualidad se configura mediante interacciones concretas en el aula, la institución educativa y la comunidad, especialmente entre docentes y estudiantes, e incluye el desarrollo de procesos afectivos y emocionales, de tolerancia y flexibilidad, como las compartidas.

c.       Dimensión colegiada

No requiere demostración alguna que el docente actual desarrolla esencialmente su labor dentro de una organización cuya finalidad es asegurar que sus principales beneficiarios —los estudiantes— aprendan y adquieran las competencias previstas. Su práctica profesional es social e institucional. Interactúa con sus pares —docentes y directivos— y se relaciona con ellos para coordinar, planificar, ejecutar y evaluar los procesos pedagógicos en la escuela, aislada de la comunidad. Esta situación que se advierte en la vida institucional posibilita el trabajo colectivo y la reflexión sistemática sobre las características y alcances de sus prácticas de enseñanza, en muchos no acorde a su entorno geográfico y social.

d.      Dimensión ética

Alumnos de la IE Tupac Amaru
Los profesores que me toco durante mi paso por la escuelita fiscal y luego en el colegio secundario, aunque la mayoría con deficiente formación pedagógica, manifestaron principalmente su compromiso y la responsabilidad moral con cada uno de los estudiantes, sus aprendizajes y su formación humana por sobre todo. En ese contexto, se expresa también en el reconocimiento y respeto de las diferencias y en la elección de los medios empleados. El docente debe atender a diversos grupos de estudiantes y se hace responsable por cada uno de ellos, toma decisiones y selecciona estrategias que aplica con arreglo a la misión de la escuela y a los fines del sistema educativo nacional.

El fundamento ético de la profesión docente debe incluir el respeto de los derechos y de la dignidad de las niñas, niños y adolescentes. Exige del profesor idoneidad profesional, comportamiento moral y la búsqueda sistemática de medios y estrategias que promuevan el aprendizaje de cada uno de los estudiantes. Una vez más, la complejidad del ejercicio docente demanda una visión de la diversidad que reconozca la pluralidad étnica, lingüística, cultural y biológica que caracteriza a nuestro país, y pensar en la manera cómo la escuela puede canalizar sus aportes hacia la construcción de sociedades más justas y democráticas.


e.      Dimensión cultural

En los pueblos andinos, como en las ciudades cosmopolitas existe la necesidad de conocimientos amplios de su entorno con el fin de enfrentar los desafíos económicos, políticos, sociales y culturales, así como los de la historia y el contexto local, regional, nacional e internacional en que surgen. Implica analizar la evolución, dilemas y retos para comprenderlos y adquirir los aprendizajes contextualizados que cada sociedad propone a sus generaciones más jóvenes.

f.        Dimensión política

Actualmente, en nuestro país el docente tiene un compromiso con la formación de sus estudiantes no solo como personas sino también como ciudadanos orientados a la transformación de las relaciones sociales desde un enfoque de justicia social y equidad, pues la misión de la escuela tiene que ver también con el desafío de constituirnos como país, como sociedades cohesionadas con una identidad común. Construir sociedades menos desiguales, menos corruptas, más justas y libres, sostenidas en ciudadanos activos, conscientes, responsables y respetuosos del medio ambiente, exige del docente conocimiento de la realidad social y sus desafíos.

Por aquellos años, nuestra condición de alumnos que compartían cotidianamente con la naturaleza, hacían que la enseñanza basada en discursos, tiza y pizarra quizás no nos era útil para el logro de los Aprendizajes Fundamentales de estos tiempos. Esa forma de enseñar cumplió un papel en la primera edad de la pedagogía, según especialistas, cuando reproducir el saber existente en la época era la función principal de la escuela. Ahora, en cambio, ayuda al logro de aprendizajes de orden superior, aquellos que exigen razonamiento, creatividad y un despliegue combinado de habilidades diversas para cambiar la realidad. Según expertos, esa vieja forma de enseñar, ha cumplido su papel aquellos tiempos, además, que ha inducido al sedentarismo, la pasividad y el automatismo en las aulas de las ciudades, por décadas. No es todo lo que tiene que ofrecernos la pedagogía.

7. A MANERA DE CONCLUSIÓN

Alumnos de la IE 86238
Finalmente, el desarrollo de la investigación pedagógica a lo largo del siglo XX, muy asociada al progreso del conocimiento en otros ámbitos, ha puesto hoy a disposición una gama muy amplia de posibilidades para la enseñanza desde muy diversos enfoques. Es así que los Aprendizajes Fundamentales y sus competencias asociadas pueden ser aprendidos a través de una variedad de recursos y estrategias, deductivas o inductivas, estructuradas o abiertas, formales o vivenciales, individuales o grupales, lógicas o analógicas, sistemáticas o heurísticas, según convenga para cada propósito, contexto y población atendida. Ciertamente, ni la frontalidad ni la pizarra necesitan ser proscritas o penalizadas en las escuelas, pero sí colocadas en una bandeja mucho más amplia de posibilidades y recursos.

El aprendizaje basado en el hacer, en la experiencia directa como las mencionadas – vivencial con la naturaleza - , que va de lo particular a lo general y de lo concreto como la naturaleza  a lo abstracto, que apela a las analogías y a los afectos, típico de las sociedades rurales y que aún podemos observar en la práctica social de las comunidades rurales andinas o amazónicas, también tiene expresión en tradiciones pedagógicas de larga data, como las experimentadas y transmitidas, que hunden raíces incluso en la edad antigua, pero que no han sido hegemónicas en los sistemas educativos.

Estas tradiciones, sin embargo, han recuperado vigencia desde la segunda mitad del siglo pasado, ampliamente respaldadas por el mayor conocimiento acumulado sobre el desarrollo de las personas, sus diversas formas de conocer y las múltiples maneras que tiene la inteligencia humana de expresarse y operar. Han sido la forma en que la humanidad fue transmitiendo su legado a las jóvenes generaciones a lo largo de los siglos, antes de la institucionalización y formalización de la educación, en el marco de sistemas nacionales.

Es indudable que la mayor pertinencia que se logre en la forma de enseñar y aprender con las características culturales y lingüísticas, así como las diferencias individuales existentes en cada aula ampliará el margen de éxito en el logro de los resultados esperados.

El autor confundido con docentes de la IE 86238, Ex 366
Por lo que, en estos tiempos modernos donde apuntamos a la “sociedad del conocimiento” el proceso de enseñar y aprender cuenta con implementos que faciliten ese proceso: internet, informática, comunicación y otras tecnologías, para convertirlo en un factor de la producción, donde el trabajo basado en conocimiento cada vez desplaza al manual, por lo que los maestros o profesores tienen que ubicarse a la altura de esas realidades, basados en un sistema educativo flexible acorde a los tiempos. Y patrones deficientes e incongruentes del sistema educativo que permita vislumbrar desde la diversidad cultural, geográfica y ecológica del Perú.


SIGNIFICADOS:

1 Colpa, tipo de tierra arcillosa muy utilizado para hacer vasijas y ollas de barro
2 maguey, planta de hojas grandes y carnosas que nacen directamente de la raíz y están bordeadas de espinas, usadas para hacer soga y su jugo como detergente para lavar frazadas, y en la parte central crece un alto tallo con flores amarillas en ramilletes, utilizada para diferentes fines de construcción, ambos de seco usados como combustible.
3 Urapaccha, manantial ubicado en la parte baja del pueblo
4 Algupampa, barrio donde los perros se concentran para pelear
5 Janpaccha, manantial ubicado en la parte alta del pueblo
6 paccha, denominase al manantial como fuente de agua
7 Guampush, lugar ubicado en la parte superior del pueblo, donde abunda manantiales de agua dulce
8 maticupsay, tipo de corte de pelo que se asemeja al mate o plato volteado sobre la cabeza
9 Chapcha, se denomina a los gordos
10 Marquitos, diminutivo de Marcos
11 guaro, maderos tendido sobre el rio provisionalmente para cruzar
12 timbero, aficionado a las cartas o naipes
13 Matipablo, diminutivo de Pablo
14 cunchas, trozos o ramas de árbol
15 racuana, herramienta con mago de madera y punta metálica para cultivar la tierra
16 barbecho, proceso de remover la tierra de cultivo con los bueyes antes de sembrar
17 llanque, porción de llanta de automóvil cortada a la medida de los pies, sujetados con tientos de jebe o cuero de res.
18 minka, trabajo colectivo hecho en favor de los integrantes recíprocamente, tradición inca vigente en los andes.

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