martes, 10 de marzo de 2015

UN BUEN MAESTRO CAMBIA TU VIDA - PARTE I

“EL HOMBRE HA NACIDO PARA TRABAJAR COMO EL AVE PARA VOLAR”
  Aproximación en el Análisis de la Dimensión Pedagógica de la Docencia en los Andes del Perú

A MANERA DE ENSAYO



“Dime algo y lo olvidaré,
Enséñame algo y lo recordare
Involúcrame y lo aprenderé

Proverbio  chino

PARTE I




INDICE
1.       Introducción
2.       Comodidades de mi escuelita fiscal
3.       Los años pasan volando
4.       Maldito párvulo “te rajo el culo”
5.       Reflexiones pedagógicas
6.       Desde la dimensión pedagógica de la docencia actual
a.       Dimensión reflexiva
b.      Dimensión relacional
c.       Dimensión colegiada
d.      Dimensión ética
e.      Dimensión cultural
f.        Dimensión política
7.       A manera de conclusión

Florencio Bernabé Gonzales

08/03/14

1.       INTRODUCCIÓN

Campanario de la Escuela,
donado por  el Crl(r). Eliffio Bernabé Gonzales, agosto de 1978 

Cotidianamente se viene sosteniendo que la educación no resuelve nada, suena hueca los discursos de los políticos y empresarios que la educación como panacea de todos los problemas, hacerle creer a la gente que le educación soluciona los problemas. Todos sabemos que la Educación como concepto, sistema, actividad, en nuestros países es bastante inútil y prescindible, y no solamente no logra objetivos positivos sino que más bien propicia el retroceso y sostiene la reproducción de las desigualdades. Como el proceso educativo dura decenios y no se sabe exactamente si termina, y cuando, es perfecto  manipularlo como Solución, pues no obliga a nadie a gran cosa. 

Es sumamente útil para hacer la finta de que se hace algo, inaugurar un par de aulas y dejar el resto como está, porque mientras la gente crea que algo se hace para "el futuro", en el hoy el corrupto sigue corrompiendo, el ladrón robando y el mentiroso mintiendo, porque las gentes dedican energías a "estudiar" o a reunir los ingentes fondos indispensables para que sus hijos "estudien". El truco es que sigan creyendo que "el que estudia triunfa", y dejen a los sinvergüenzas que roben mientras "hacen obra", en la esperanza de morder su tantito ... una vez que hayan logrado obtener esa cada vez más cara mercancía llamada "Educación". 

En palabras de Javier Bellina. (01/19/15)/”Leña para la Hoguera Educativa 9: La Educación no Resuelve nada”. Los maestros, los que enseñan, no es posible de ningún modo prescindir de ellos. Son las correas de transmisión de la experiencia social. Entendemos la Educación como la relación dinámica del Profesor con el Estudiante traducido en apoyo, relación entre el Docente y el Contenido en forma independiente, relación Estudiante y el Contendido en una habilidad, bajo un sistema de control entre los tres componentes.
El Crl (r) Eliffio Bernabé Gonzales,
acompañado por personal de la IE de Pacllón, nivel Primario.

2.       COMODIDADES DE MI ESCUELITA FISCAL

Mi escuelita fiscal  ubicada en la entrada del pueblo, construida por los propios comuneros con la técnica del tapial, con techos de teja andina, muros revestidos por fuera con tierra colpa1, que  abunda por estos lares, pisos compactados de tierra, sin cielo raso – durante las clases se veía directamente los terrados amarrados con soga,  las quinchas y los tejados rojos, de sus paredes pintadas con yeso blanco colgaban  uno que otro afiche amarillento y antiguo como “Lola” y “Pepe”, dibujos de algunos alumnos sobresalientes con imagen de héroes nacionales.

Habían algunas carpetas bipersonales de madera que no abastecían para todas las secciones, los de secciones iniciales, cada año llevábamos nuestros banquitos acondicionados de troncos de maguey2, con respaldar incluido, preparado por nuestros padres, escribíamos sobre nuestra rodillas.

Como servicios higiénicos utilizábamos algunas  zanjas o desniveles en las inmediaciones  o en todo caso detrás de los arbustos cercanos a la escuela, incluso los profesores, lo mismo se repetía para las mujeres que estaban ubicadas en el primer piso de la edificación, esos espectáculos no generaban curiosidad alguna en nadie, era tan natural que algunas mujeres del pueblo con sus polleras sentadas en las salidas o en los caminos daban la apariencia que estuvieran divisando el paisaje.

El agua para consumo doméstico en el pueblo, se recibía con baldes y cantaros del puquio Urapaccha3 para los de barrio Algupampa4 parte baja y de Janapaccha5 , para los de Alto Perú, aunque indistintamente pudiera recibir en cualquier paccha6.  Por aquellos años ya se iniciaba el tendido de la red de agua “potable” para el pueblo desde el reservorio construido que captaba los manantiales de la parte alta en el lugar denominado Guampush7, con cañerías de plomo hacia algunas esquinas estratégicas del pueblo.

Las calles principales y veredas del pueblo lucían empedradas, especialmente las que desembocaban a la plaza principal, se desconocía el cemento en las construcciones. Cuentan que las edificaciones de las casas fueron levantadas en trabajos colectivos,  agrupaciones de 10 o 12 comuneros, denominado “sociedades obreras”  afianzando la  filosofía de la minka18 o “rantin” es decir “todos para uno y uno para todos”, en el pueblo había alrededor de 6 de esas sociedades. Estas instituciones obreras eran: “Unión obrera”, “Siempre adelante”, “Auxilios mutuos”, “Adventistas del séptimo día”, entre otros.

Alumnas de la IE de Pacllón

El dulce tañir o repicar de la campana del pueblo con su toque clásico para llamadas escolares se escuchaba  hasta en los cerros lejanos con mucha nitidez, era nuestro reloj, a la primera campanada todos corríamos desde el campo presurosos, donde acudíamos por las mañanas para cumplir tareas propias de la familia antes de ir a la escuela, en los caminos   nos encontrábamos con otros niños corriendo también; la segunda campanada era para ir formando en el patio de la escuela, con la tercera campanada ya se tomaba tardanza, previo castigo.

No usábamos uniforme escolar, los mismos vestidos  servían tanto para ir al campo  como para ir a la escuela, ni zapatos  usábamos– con llanque17- lavar los pies significaba solo quitar el polvo, en la mayoría de los niños las grietas en la piel de los talones  eran de color oscura mezcla de restos sangrados con barro resecadas que daba la apariencia de estar sucias, “piel de sapo” era el calificativo, por efectos pisar aguas frías y barro de los caminos del pueblo a las chacras, nuestras madres solían quitar esas “mugres” de los pies lavándolas con orines y un poco de sal, las mismas que generaban gran dolor, hasta al más pintado de los chiuchis hacían lagrimear de dolor.  La limpieza exigida en la escuela era rigorosa, a todos nos revisaban los oídos, el corte del cabello que debía ser corto tipo “soldado alemán” o “maticupsay8”, como ahora está de moda; la ropa tenía que estar limpia aunque parchada o zurcida si tuviera hueco o desgaste; nuestros útiles escolares acostumbrábamos llevar con bolsas acondicionadas por nuestros padres a nuestro tamaño.
Alumnos en pleno proceso de aprendizaje con robotica (en nuestros tiempos
 jugábamos con objetos construidos por nosotros mismos)

Por aquellos tiempos, luego de la formación cotidiana en el patio de la escuela, ingresábamos a nuestras aulas en fila india del más bajo al más alto. Todos los días nos hacían cantar canciones de acuerdo a los preparativos de las celebraciones cívicas calendarizadas de antemano, iniciando con el himno nacional, luego solíamos salir al frente de la formación a contar alguna novedad ocurrida voluntariamente, a los tardones les tenía reservado el castigo de mantenerse arrodillados en piso cascajo con el pantalón levantado, “la letra y la disciplina entran con sangre” nos decían los profesores, para bien o para mal  eso era la disciplina en la escuela.

Cada sección con un profesor asignado, cinco profesores más el director que a su vez enseñaba en aula, era la plana docente de mi escuela, lo mismo se repetía para las mujeres en la escuela contigua del primer piso. El brigadier de la sección, reemplazaba  al profesor ausente sólo para mantener el orden, pero más podía su condición de niño para sumarse al descontrol en las aulas en ausencia del profesor.

Los profesores eran foráneos, mayormente provenían de la capital provincial. Cuentan que por la década de los 50 la supervisión provincial de Bolognesi determino cerrar la escuela argumentando  falta de docentes, ante ello los padres de familia y las autoridades del pueblo acudieron y reclamaron infructuosamente, conscientes que sus hijos se perjudicaban enormemente; esta álgida situación les invito buscar alternativas de solución, una de ellas, acudir a las autoridades provinciales de Cajatambo, su antigua provincia, planteando su reincorporación para la atención correspondiente, frente a esta propuesta, todas las autoridades provinciales de Cajatambo en pleno acudieron a Pacllón para concretizar la propuesta, esta noticia llego a las autoridades de Bolognesi, quienes inmediatamente normalizaron el funcionamiento de la escuela del pueblo.


Alumnos del nivel primario acompañado por el Prof. Ruben Gervasio


Eran épocas, cuando solo se usaba acémilas para el traslado o a pie desde la capital provincial y otros pueblos vecinos. No había energía eléctrica, las lámparas o linternas a kerosene y  velas se usaban para la iluminación domiciliaria, tampoco había agua potable ni desagüe en el pueblo, es decir carecía de los elementales servicios básicos.

El distrito de Pacllón es límite de la provincia de Bolognesi por el lado sur, con el distrito de Copa ubicado en el norte de la provincia de Cajatambo, compartiendo  los nevados y bondades de la Cordillera Huayhuash, hasta 1903 perteneció a la provincia de Cajatambo.

3.       LOS AÑOS PASAN VOLANDO

Durante aquellos tiempos, la sección de Transición a cargo del profesor Alejandro Yabar, su esposa también enseñaba en la escuela de mujeres; aquel profesor talentoso, según cuentan, practicaba todos los deportes habidos y  por haber, bohemio, participaba en las reuniones comunales del pueblo, sugería, proponía y asesoraba,  de entrega total, eran finales de la década de los cincuenta, cuando acompaño a la orquesta  del pueblo Mensajeros de Pacllón”  hacer sus primeras grabaciones musicales en Lima, conformado por César Ibarra con el arpa, Daniel Albornoz primer violín, Ermenegildo Ibarra segundo violín y Serfin Bernabé clarinete. Durante aquel año, de escolar voluntario - “alumno libre” -  las primeras experiencias estudiantiles difíciles de recordar,  más ausentes de la escuela por estar al lado de la familia en el campo, como logros del aprendizaje, los niños reconocían las cinco vocales y contar los números hasta el 10, gran hazaña intelectual y orgullo de los padres;  sección donde los niños aprendíamos las canciones cortas y poesías para la celebración del día de la madre o 28 de julio, repitiendo  a todo pulmón cual bandadas de loros incansablemente.

Conjunto "Los Mensajeros de Pacllón" en Radio El Sol - Lima,
Programa "Sol en los Andes" dirigido por  Pizarro Cerrón
El Primer grado con el profesor Calderón, eran las primeras aproximaciones formales de párvulo a la escuela del pueblo, ya no era alumno libre como el año anterior, tenía que asistir a clases  mañana y tarde, el control de la asistencia era determinante para pasar de año escolar. Por cuanto en el pueblo, casi todos los niños preferíamos estar al lado de nuestros padres en sus quehaceres cotidianos en el campo, por la que nos hacían faltar con mucha facilidad, argumentando una serie de excusas, sea por estar en las punas, o ayudando en las cosechas como “guachimanes” cuidadores de los atados y las cargas en los caminos de traslado al pueblo, o llevar los corderos al pasto, entre otros mandados pequeños de casa. Para mí era cotidiano que mi padre o madre pidiera permiso al profesor para ausentarnos por varios días, cuando salíamos de viaje hacia Jahuacocha u otras estancias, con frecuencia nos hacían faltar a clase.

Ya estando en el Segundo grado con el profesor  Nuñez, más conocido como profesor “Chapcha”9 gordo, por su contextura gruesa y de sobresaliente abdomen, que por cierto no era ningún impedimento para practicar su deporte favorito, arquero del equipo de sus amores “Alianza Pacllón”,  cubría el arco  levantado con palos de eucalipto, cual ágil gato. Mayormente nuestras horas de clase lo pasábamos en la cancha del futbol, ubicada al pie de la escuela, correteando tras la única pelota de la escuela, que nos turnábamos para usarla con otras secciones.  También la esposa del profesor “Chapcha” enseñaba en la escuela de mujeres. Era común que la familia entera de los profesores,  incluidos hijos se trasladaran a los pueblos donde prestaban servicios de docente.

Las clases con el profesor “Chapcha” consistían en deletrear mecánicamente la composición de las palabras escritas en los papelógrafos desgastados y descoloridos del aula, la misma que usaban todos los que pasaban por esta sección,  salir a la pizarra y practicar la escritura y los números matemáticos........(continuará Parte II). 

Herederos de las decisiones del presente



No hay comentarios:

Publicar un comentario

!Gracias por visitar quishtulandia¡